Como profesional, ejerció como abogada canonista en los procesos eclesiásticos de nulidad matrimonial; además, se desarrolló en el campo de Recursos Humanos, especializándose en el manejo de asuntos laborales.
Desde muy joven, y guiada por el respeto a la dignidad de la persona humana, se ha pronunciado públicamente en favor del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; en contra de la pena de muerte; en defensa de la libertad de conciencia y de religión como derechos humanos fundamentales; y a favor del derecho de autodeterminación política de Puerto Rico.